El Yeti o "Abominable hombre de las nieves" es una
criatura misteriosa que forma parte de las leyendas nepalesas. Es
llamado migö en el Tíbet.
Según los testimonios, el Yeti sería un primate
velludo con una cara parecida a la del hombre. Su tamaño rondaría los
1'50 a 3'75 metros de altura. Según ciertos testigos, el paso bípedo
del Yeti se parecería más al de un oso que al de un primate. Aunque esto
entra en contradicción con el hecho que se hayan podido seguir rastros
de huellas durante largas distancias: un oso puede andar de pie tan
sólo unos pocos metros.
Aunque el Yeti es mencionado en Europa desde el S.
XIX, serán las fotos de huellas tomadas por la expedición Shipton sobre
el Everest en 1951 los que revelaron al público occidental la
existencia de este ser.
Pero hablemos un poco de esos testimonios. Por
ejemplo, en 1936 el geólogo suizo Augusto Gansser durante un viaje de
exploración a Garhwal, en el corazón del Himalaya, afirma encontrarse
con el Yeti. Otro avistamineto de produce en 1986, en el Himalaya
también. Reinhold Messner se cruza con una criatura horrorosa que le
recuerda a las leyendas contadas por los sherpas sobre el Yeti.
Pero aparte de los numerosos testimonios, los
principales indicios que parecen acreditar la tesis de la existencia
del Yeti son pisadas características en la nieve y excrementos. El
estudio parasitológico de estos excrementos habrían revelado la
presencia de especies de parásitos intestinales todavía desconocidas y
pelos cuyo estudio parece indicar que provengan de un primate próximo
al orangután.
Algunos criptozoólogos como Richard Nolane creen que
el Gigantopithecus sería probablemente el antepasado del Yeti e
incluso del Bigfoot. El Gigantopithecus habría atravesado el estrecho
de Bering para alcanzar el continente americano.